La respiración, las sensaciones corporales, las emociones y los pensamientos ocurren al mismo tiempo que las percepciones visuales, auditivas o los movimientos corporales. quien vive el presente con toda intensidad no tiene tiempo para otra cosa.
En la meditación autoalusiva, la observación de todos los componentes de la experiencia (respiración, sensaciones corporales, emociones y pensamientos) se realiza simultáneamente, unificándose todos los niveles de la experiencia en un mismo acto de observación.
La técnica consiste en concentrar la atención en los movimientos de la respiración hasta lograr que ocupen toda la conciencia. Después, se realizan recorridos del cuerpo observando y sintiendo las sensaciones corporales hasta lograr la conciencia de unidad corporal, entonces se añade a la sensación de respiración. De esta forma, se observa el cuerpo como una unidad, al tiempo que también se observa como un organismo que respira.
Más tarde se atiende a los componentes emocionales y se les observa. Después se realiza una observación de la respiración, la unidad corporal y las emociones. Luego se observan los pensamientos, incorporándose a la observación simultánea. De esta manera se logra una unificación de todos los contenidos de la experiencia. Una vez logrado lo anterior, se añaden al acto simultáneo de observación los acontecimientos visuales y auditivos del entorno.
El resultado final de la técnica de la técnica es una vivencia de la realidad tal y como es y una desaparición de la dualidad entre externo e interno o entre observador y observado.
La práctica de la meditación autoalusiva tiene como resultado la expansión de la conciencia, ya que se fundamenta en la incorporación de todos los elementos de la experiencia en un acto unificado de observación de los mismos.
El observador, añadiendo objetos de observación, va incrementando su poder de unificación y en cierto momento, traspasa un umbral tras el cual el meditador se siente en contacto con un nivel de la realidad de él mismo que trasciende cualquiera de los componentes que ha incluido en la observación.
Se trata de un proceso de desidentificación en relación al cuerpo, las emociones, los pensamientos y el entorno, y una identificación con el observador. Esta desidentificación no es, ni una negación, ni una represión de la experiencia, sino su inclusión dentro de un orden más expandido de la realidad. El proceso no puede ser de negación o de represión porque estos mecanismos se oponen a la observación. Para observar, primero es necesario aceptar, porque si no, o se tergiversa la información o desaparece del campo de la conciencia.
La técnica de la meditación autoalusiva se puede practicar paso a paso hasta lograr su maestría. La experiencia resultante de su práctica adecuada es el contacto con el yo puro o con la realidad de uno mismo. Este contacto fortalece y permite la exploración de otras técnicas de la meditación.
La meditación autoalusiva consiste en la observación simultánea de todos los contenidos de la experiencia docente. Produce un cambio en la focalización de la experiencia, desde sus contenidos hacia la observación de uno mismo en el presente. La observación de la totalidad de uno mismo en el presente, se le llama autoalusión.
Cuando se logra autoaludir, el contenido de la experiencia cambia y ante este cambio, se aconseja a volver a realizar una observación de todos los contenidos de la experiencia. Esta autoalusión de segundo orden es más poderosa que la primera y vuelve a transformar los contenidos de la experiencia. La meditación autoalusiva se continúa hasta el momento en el cual el meditador logra ponerse en contacto con su verdadera identidad.
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