El endurecimiento corporal en las artes marciales ¿beneficio o perjuicio?

Las ventajas del endurecimiento

Muchas artes marciales hacen énfasis en el endurecimiento corporal, como el Karate, el Muay Thai, el Hapkido, el Kungfu/Wushu, el Boxeo inglés, etc. Esto supone una ventaja de cara a poder dar golpes y realizar rompimientos con el menor dolor y lesión posible, así como recibirlos de la misma manera. Pero esto supone una modificación del cuerpo y esta ¿hasta qué punto es beneficiosa?

El entrenamiento del Karate tradicional se realizaba en el makiwara, los boxeadores thai fortalecían sus piernas dando mil patatas al día a un bananero, en los boxeadores ingleses se empleaba la frase "castígame el hígado" para endurecer el abdomen, la palma de acero (iron palm) se fortalecía golpeando con la palma de la mano en una madera o superficie dura, el Kungfu/Wushu emplea bolsas de arena y el muñeco de madera. Algunos de estos ejercicios frecuentemente venían acompañados de fricciones en la zona con agua con sal, vinagre o preparados de hierbas (habitualmente en Kungfu/Wushu), para fortalecerla, endurecerla y disminuir el dolor.

Actualmente en algunos dojos y escuelas se practican formas de endurecimiento más suaves como flexiones con los nudillos, o low kics en sacos de boxeo. También poner un trapo en la tibia y pasar rodando por ella una botella.

Pero algunos artistas marciales no quieren renunciar al endurecimiento por métodos tradicionales.


Los perjuicios del endurecimiento

El arte marcial puede mejorar la salud y la forma física, pero si se realiza de forma inadecuada puede llegar a lo contrario.

Hay ejercicios en las artes marciales que realizados incorrectamente pueden causar una variedad de lesiones, como las patadas altas y explosivas (lesiones en cadera y rodilla) o combates al KO (la comunidad médica muestra como se produce este). Se pueden producir lesiones como fascitis plantar, sesamoiditis, tendinitis de Aquiles, y esguinces de tobillo. Y no sólo estamos hablando de golpear o deportes de contacto (como kickboxing), sino también de artes marciales de lanzamientos, agarres e inmovilizaciones, como ocurre en Judo, Aikido, Brazilian Jiu Jitsu, etc. Por ello, el estiramiento y calentamiento se recomienda con un mínimo de 15 minutos antes de realizar cualquier patada o entrenamiento.

Es una creencia común entre practicantes de artes marciales que cuando se golpea repetidamente una superficie con una parte del cuerpo se matan terminaciones nerviosas y se termina formando callo. La zona se termina calcificando, ya que el cerebro manda calcio para endurecerla. Lo que se produce es un endurecimiento de la piel, como se produce en las personas que andan descalzas, al final no sienten dolor por el contacto de la planta del pie con el suelo y las piedras.

Un hueso no se hace más duro por ser golpeado, simplemente se modifica su estructura. La práctica repetida de endurecimiento y rompimientos hace que las células oseas, cuando sufren pequeños traumas, se agrietan volviéndose a unir formando huesos más densos y resistentes. Pero esto se consigue después de muchísima práctica, de años de práctica. La Ley de Wolff, llamada así en honor del cirujano alemán que la descubrió, establece que la forma y estructura de los huesos depende del estrés y la tensión a la que son sometidos. Con lo que el hueso, efectivamente, se puede endurecer, pero no porque se fortifica, sino porque se modifica.

Pero cuando se hace en extremo se deforman los huesos, sobre todo los de la mano, que son sensibles. Algunos karatekas de 50 años en adelante tienen dolores al cerrar las manos de practicar tantos rompimientos. En este foro (en inglés) se cuenta la historia de un karateka del estilo Shotokan que estudió en Japón en la década de los 60. Como era habitual, tuvo un régimen de endurecimiento varios años. Hoy día, con 50 años, sus manos no pueden escribir, ni atarse los cordones de los zapatos.

En otro foro se cuenta que el tejido oseo tiene menos irrigación sanguínea y cuando se produce el endurecimiento el hueso se puede necrosar por falta de nutrientes, llegando incluso a la amputación del miembro. No hemos podido comprobar este extremo con un caso real, pero sí casos potencialmente mortales de cáncer e infecciones (en inglés).

Además, cada golpe que se realiza repercute en las articulaciones, ya que es algo que no es natural y que afecta a la función para la que están hechas: la movilidad. Se terminan produciendo lesiones en el conjunto cartílago-ligamento-hueso, que terminan derivando en enfermedades o problemas articulares.

La artrosis es un tipo de artritis, siendo una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Se produce por sobrepeso, práctica excesiva de algún deporte o problemas estructurales. Los impactos, como por ejemplo correr, son perjudiciales. Sin embargo, la práctica del deporte la alivia, pero su práctica debe ser adecuada.

No es bueno golpear con fuerza al aire, ni tampoco a objetivo a objetivos excesivamente duros. Los objetivos deben poder absorber la energía del golpe.

La imagen del malvado Tong Po en Kickboxer haciendo endurecimiento con una columna no es precisamente una imagen ejemplar, sino todo lo contrario.

¿Merece la pena el endurecimiento?

La parte positiva del endurecimiento es que has preparado tu cuerpo para el combate en cualquier circunstancia. La parte negativa del endurecimiento es que se forman callosidades, deformaciones y la posibilidad de terminar en artrosis.

En siglos pasados, las artes marciales trataban de proporcionar una autodefensa en un tiempo en que la vida del practicante corría peligro: inseguridad callejera, sociedades violentas, actividades guerreras y militares, duelos a muerte, etc. Por otra parte, la esperanza de vida no era muy elevada, por lo que las dolencias y enfermedades a consecuencia del endurecimiento a avanzada edad no tenían lugar.

Las artes marciales no deben ser un fósil de museo, sino que deben adaptarse a los tiempos y a los conocimientos científico técnicos. Hay ejercicios que tradicionalmente se hacían y hoy se sabe que a la larga son perjudiciales.

Evidentemente, el cuerpo hay que fortalecerlo, hay que fortalecer los abdominales si no queremos que un simple golpe en el abdomen nos derrumbe, y las sesiones con sparring nos hacen acostumbrar al dolor. Y si no hay sparring siempre conviene golpearse de forma suave para ir acostumbrando al cuerpo.

Algunos maestros de artes marciales consideran que los rompimientos son necesarios, pero sin abusar de ellos, realizar muy pocos al año (contados con los dedos de la mano), sólo para comprobar el progreso.

La mano tiene 27 huesos y se resiente mucho al golpear. En un combate real, para golpes por encima del cuello, usar la palma de la mano es más seguro para la propia mano y para el golpeado, evitando sangre y contagios por hepatitis, sida, etc. Su entreno se puede llevar a cabo en saco. Si se busca la defensa personal, usando todas las armas como el canto de las manos, la punta de los dedos, etc. es fundamental entrenar algo con impacto buscando un blanco, con algo de resistencia, pero flexible a la vez. Si lo que se necesita es fortalecer la estructura del antebrazo y la muñeca, lo mismo es recomendable otros tipo de ejercicios como fondos (planchas), flexiones con dedos, entrenamiento con pesas.

Como todo en la vida, hay que aplicar el sentido común (que a veces es el menos común de los sentidos) y la progresión en la dificultad y dureza de los entrenamientos. Incluso si golpeas a una columna no pasa nada, pero si lo haces de forma muy suave, y no a plena potencia.

Estamos hablando de algunos posibles perjuicios físicos en las artes marciales, ya que los beneficios los superan ampliamente. En cuanto a los beneficios mentales son más que evidentes, incluso en los sistemas de pleno contacto. Pese a las críticas de los detractores, los combates al pleno contacto no incrementan el nivel de ira.

En conclusión, hay que disfrutar de las artes marciales y saber como hacerlo. El endurecimiento se ha de practicar con moderación y nunca poniendo en riesgo nuestra salud.

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