Clase 8 de meditación: Meditación Zen dinámica


Jardín Zen

La meditación Zen dinámica no es tan conocida en Occidente como la Zazen.

Al genial monje Bodhidharma, monje indio llegado a China, creador de artes marciales, se le atribuyen dos textos que fueron conservados en secreto hasta finales del siglo XIX: el Yi Gin Ching (equilibrio músculo-tendón) y el Shii Soei Ching (limpieza médula-cerebro).

El objetivo del Yi Gin Ching es fortalecer el cuerpo regulando la energía que fluye por el mismo, mientras el del Shii Soei Ching es aumentar esta energía.

El primero tiene por objeto fortalecer el cuerpo físico regulando su energía y su adecuada circulación por todo el cuerpo. Su práctica continuada consigue un aumento de la energía vital. El segundo texto describe cómo aumentar aun más la energía conseguida con la práctica anterior y dirigirla a través de la médula al cerebro.

Estas técnicas, procedentes del templo de Shaolin, evolucionaron hasta llegar al Chi Kung, Tai Chi Chuan y otras técnicas y artes marciales. En el siglo XII fueron introducidas en Japón por Myoan Eisai, donde evolucionaron con la tradición Zen, transformándose en meditación dinámica, siendo su gran impulsor Hakuin Ekaku, que vivió en el siglo XVIII. Su objetivo era, además de mejorar la salud física y emocional, despertar la conciencia del cuerpo para la práctica del Zazen.

Las técnicas empleadas se corresponden a cuatro familias de ejercicios: automasaje Zen, estiramiento y movilización de articulaciones, Nan So Ho, y ejercicios respiratorios. Realizándolos antes del Zazen, llevan la atención de la mente hacia el cuerpo en movimiento, reforzando la atención y concentración, y facilitando la meditación Zazen sentada.

El maestro Chan (Zen en chino) Hsu-Yun ya advirtió que la vigilancia sin contemplación conducirá a la confusión y a la inestabilidad, y la contemplación sin vigilancia terminará en la inmersión en un agua estancada.

En efecto, la atención y la meditación deben ir juntas. Estar atento, pero no conocer su verdadera naturaleza lleva al vagabundeo mental, en el que se descuida la atención, provocando estados nauseabundos, parecidos a la hipnosis. Si en la meditación, invade la somnolencia, hay que moverse, caminar, no dejarse invadir por ese estado.

Kinhin, la meditación andando, es un tipo de meditación Zen dinámica. En la misma, tras una meditación Zazen de unos 50 minutos, se realizan unos 10 minutos de meditación Zen andando, estándose atento a las sensaciones corporales, la postura y la respiración.

La meditación Zen dinámica se puede aplicar a aspectos cotidianos de la vida, como barrer o limpiar. En definitiva, el Zen en movimiento es encontrar la calma en el momento correcto.



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