Clase 7 de meditación: Meditación Zen


Jardín Zen

Pensamos que nuestra mente es receptora de impresiones y experiencias del exterior, pero no es del todo cierto, ya que nuestra mente es las transforma.

La Gran Mente es tranquila y no es influenciable por el exterior, mientra que la mente pequeña es limitada e influenciable por el exterior. La Gran Mente incluye todo, mientra que la mente pequeña simplemente se relaciona. Pero las dos son la misma mente.

La mente debe incluir todo. Las ondas deben de surgir de la mente como surgen del agua. Pero no son agua.

El Zen hace énfasis en la unidad, no existe separación entre lo interno y lo externo. La práctica de la meditación Zen se llama Zazen. Mediante la misma, el meditador se pone en contacto consigo mismo, vaciando la mente de prejuicios, conceptos y contenidos que distraen, para observar la realidad tal como es, sin filtros intelectuales, ni limitaciones, volviendo a la pureza, a la naturaleza básica o esencial, en la que todo se ha de ver con el asombro de un recién nacido.

Pero para nacer de nuevo es preciso que muera lo anterior, ya que lo conocido limita el entendimiento. El estado Zen es imposible de describir ya que cualquier descripción tiene limitaciones. En cambio la mente pura no las tiene, por ello en el Zen lo más importante no es la concentración, ni la postura de meditación, sino el contacto con lamente pura.

El maestro Zen intenta que el discípulo se libere de la mente lógica y estructurada porque impide el conocimiento como vivencia. Existen muchas anécdotas de maestros Zen que les preguntaron sobre el conocimiento y el método para llegar al mismo. Uno describió un círculo con un brazo, otro lo comparó con un vaso que se derrama, sino se vacía el vaso (mente) no puede entrar el Zen (exceso de agua).

El Zen es un estado paradójico que no se ajusta a una lógica lineal, no es predecible y posee como atributos la naturalidad, la espontaneidad y el asombro ante el descubrimiento del yo puro, algo similar al asombro de un recién nacido al descubrir el mundo.

Para alcanzar este estado, el Zen ha ideado dos técnicas. Una es la meditación Zen, en la que con los ojos semicerrados nos concentramos en el silencio y la respiración, llegando a la atención en el presente. La segunda técnica es el koan, una pregunta que el maestro plantea, de respuesta vivencial y no lógica. Para responderla es necesario trascender la lógica lineal. Ejemplos son: ¿cómo se puede aplaudir con una sola mano? ¿qué es Chu? ¿cómo se llama en realidad el mundo? Luego el alumno se concentra en el koan hasta que es resuelto trascendiendo la mente intelectual.



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